domingo, 2 de diciembre de 2012

TURISMO CULTURAL



                                                                                                                                    Adrian Gheorghe

Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España

     En Castilla y León, tres son las ciudades que han conseguido el distintivo de Ciudad Patrimonio de la Humanidad: Salamanca, Ávila y Segovia. El 17 de septiembre de 1993 los ayuntamientos de Ávila, Segovia y Salamanca, junto con los de Cáceres, Santiago de Compostela y Toledo, formalizan un acuerdo para constituirse como el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. En 1996 entra Córdoba y dos años después, Cuenca.

     Estas ciudades se comprometen a vigilar la conservación y protección de sus bienes, profundizar en sus estudios con el fin de que sus tesoros puedan ayudar a educar y a formar a las generaciones venideras; así como a actuar, de manera conjunta, en la defensa del patrimonio histórico y cultural, realizando proyectos comunes y acometiendo los problemas que afectan a cada uno de los enclaves.

     También establecen políticas de intercambios de experiencias y planifican una política turística y de difusión de imagen que se corresponda con los intereses de todos los miembros del grupo.

Reales sitios

     Castilla y León es una de las pocas regiones de España que puede presumir de contar con cuatro Reales Sitios de incalculable belleza entre los miles de monumentos que posee en su territorio.

     Se trata de edificios monumentales custodiados por Patrimonio Nacional y de titularidad del Estado, disponibles para el uso y servicio del Rey y la Familia Real. No obstante, sus puertas están abiertas al turista que encontrará, tanto en el interior como en el exterior, el sello de auténticas joyas de arte enclavadas en sitios de singular belleza.

      Patrimonio Nacional administra tanto palacios como conventos y monasterios que fundaron los reyes y que hoy han continuado con su labor espiritual bajo el patronazgo del Rey de España. Gracias a esta institución, hoy son de los edificios que mejor se conservan y donde la sorpresa por su descomunal belleza, su impronta artística y su alto valor cultural dejará maravillado a todo el que los visite.
 
      Las catedrales son los grandes rascacielos de la antigüedad, montañas de piedra que esconden el secreto de los hombres que las dieron vida. Visitarlas es un gozo para los sentidos y un recreo para la elevación del espíritu.

     Los castillos  on el resto más glorioso del pasado histórico de nuestra Comunidad. Omnipresentes en el paisaje, singulares en su emplazamiento, un rosario de castillos siembra toda la geografía regional y no hay cerro que, todavía hoy, no muestre las imponentes fortificaciones que hicieron respetables los señoríos castellanos y leoneses.

      La importancia religiosa y económica de los monasterios de tiempos medievales se regenera al formar parte de unos de los atractivos turísticos monumentales más interesantes debido a su ubicación, coincidiendo siempre con conjuntos históricos, bellos espacios naturales o valles escondidos.

      Muchos monasterios siguen anclados en los caminos que les vieron nacer, actualmente rutas de interés cultural como el Camino de Santiago o la Vía de la Plata. Estos conjuntos monacales se muestran al visitante en buen estado y son muchos los que siguen habitados por comunidades religiosas.
     
     En cuanto a la arqueologia, el interior de la Sierra Atapuerca es un auténtico hormiguero de simas y galerías. Esta característica y el hecho de hallarse en medio de un corredor natural, han favorecido la llegada de animales y el asentamiento de gentes desde épocas remotas y su posterior conservación a lo largo de los milenios, lo que ha hecho de este enclave un lugar único en el mundo. Para dar a conocer la gran riqueza de este entorno contamos con cuatro recursos que son: El Parque Arqueológico de Atapuerca, los Yacimientos y los Centros de recepción de visitantes de Ibeas y Atapuerca.

     Los museos de Castilla y Leon son los templos del saber donde las artes, las letras y las ciencias se retienen en la memoria y en las salas, que son auténticas joyas del coleccionismo. Son edificios que acercan la cultura del pueblo al pueblo. Son espacios abiertos al viajero y dejan conocer gran parte de la historia universal.

      Es el caso del MUSAC, ubicado en la ciudad de León, pieza fundamental en el desarrollo del Arte Contemporáneo a nivel internacional, y claro exponente de una nueva etapa cultural, donde ya aparecen asentados valores estéticos y comportamientos artísticos que en un momento pasado fueron revolucionarios.

      Durante la Semana Santa la región se transforma en un lugar apacible y de recogimiento que tan sólo se ve interrumpido por el profundo sonido de los tambores y las trompetas.

      La Semana Santa es, en la Comunidad, retraimiento y sobriedad donde las tallas y las maderas, en un incomparable entorno de iglesias románicas y góticas, protagonizan los actos. Tan variada como la propia diversidad cultural, esta manifestación es en sí misma la muestra de la devoción de sus gentes que en cada lugar la celebran de distinta manera, aunque siempre bajo el mismo denominador común: pasión, fervor y silencio.

      La fiesta es la representación más alegre de la cultura de un pueblo. Su carácter popular, sus fuertes raíces antropológicas y sus marcados rasgos religiosos caracterizan estas celebraciones públicas que se suceden por todos los núcleos de población, por pequeños que sean.

      Castilla y León, inmersa en la civilización y cultura occidental, mantiene vivas estas fiestas que configuran un mosaico multicolor donde tiene cabida la religión, protagonizada por patronos, santos y advocaciones. Así como el mundo pagano, con la pervivencia de los carnavales y personajes que se pierden en culturas prerromanas. La tauromaquia y las convocatorias gastronómicas en torno a un alimento tradicional también forman parte de estas manifestaciones.

     

    



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